En seis partes, August Zirner habla en HYPERMADE sobre el lenguaje, la responsabilidad y la sutil diferencia entre expresión e impacto.
HYPERMADE: Usted vive en Chiemgau – un lugar que describe como dotado de una autoridad silenciosa. ¿Qué papel juega el retiro en su vida – es una fuente de fuerza, un refugio, o a veces también una forma de soledad?
AUGUST ZIRNER: El retiro es un refugio para mí, y la soledad es sanadora, aunque exigente.
HYPERMADE: Usted dijo que todos temen a la soledad – pero que puede ser algo muy bello si se saca fuerza de ella. ¿Es un estado que usted busca – o solo soporta cuando está lleno desde dentro?
AUGUST ZIRNER: Curiosamente, ya no tengo miedo a la soledad. Incluso en una sala llena de espectadores a veces me siento solo. Pero no me parece grave. Creo que todos estamos solos, lo sepamos o no, y se trata simplemente de establecer una relación amistosa con la soledad.
HYPERMADE: Como actor está en el centro de atención – y sin embargo, a menudo está solo con un papel, un texto, un personaje. ¿Cómo experimenta esa soledad en su profesión – como contradicción, refugio o distancia necesaria?
AUGUST ZIRNER: Simplemente es así.
HYPERMADE: La música fue y sigue siendo para usted un espacio interior, un espacio sonoro que le pertenece por completo. ¿Ha encontrado algo comparable en la actuación – una realización, una fuente de fuerza, tal vez incluso algo que vaya más allá de la música?
AUGUST ZIRNER: “To make words sing is a beautiful thing, because in a Song words last so long.”
“Hacer sonar las palabras es algo hermoso, porque en el canto las palabras resuenan mucho tiempo.”
Un pequeño y hermoso poema de Langston Hughes. Refleja bastante bien mi relación tanto con el lenguaje como con la música. Tanto para el lenguaje como para la música hay que tomarse el tiempo necesario para hacer sonar el sentido. Pero no entiendo del todo su pregunta. No sé exactamente a qué espacio sonoro o lugar interior se refiere. Estar en el escenario y hacer música o estar en el escenario y actuar, ambas cosas son igual de bellas. Siempre se trata de establecer una relación con el público.
HYPERMADE: ¿Hay algún personaje que no lo haya soltado hasta hoy – porque le mostró algo que antes no sabía?
AUGUST ZIRNER: Hay dos papeles que me gustaría volver a interpretar. El rey Felipe de España y Nathan el sabio. A ambos aún les debo algo.
HYPERMADE: Usted contó que a veces los personajes tocan temas que aparecen simultáneamente en su propia vida. ¿Cómo explica esa extraña simultaneidad – casualidad o reflejo?
AUGUST ZIRNER: Ambas cosas. Creo que todos conocemos el fenómeno de que, cuando uno se ocupa de algo, ese tema aparece por todas partes. Pero como actor me sucede a veces que los personajes que interpreto parecen ser más sabios que yo mismo. Empiezo a aprender del personaje. Es un poco paradójico. Tal vez sea simplemente que ciertos personajes despiertan temas que duermen en uno.
HYPERMADE: Al mirar atrás en su carrera: ¿Ha podido interpretar todos los personajes que deseaba? ¿O hay un personaje, una voz, una actitud que ha guardado para sí?
AUGUST ZIRNER: Espero que algún día logre, por fin, ser yo mismo.
HYPERMADE: Estimado señor Zirner, muchas gracias por su tiempo, sus pensamientos y la manera tan especial en la que entrelaza lenguaje y música en una narrativa – con suavidad, precisión y gran profundidad humana.
Epílogo
¿Qué queda tras una conversación como esta?
Tal vez no una conclusión, ni una enseñanza – sino una comprensión más suave.
August Zirner no habla en poses, sino en movimientos.
No responde para convencer, sino para abrir.
Para él, el lenguaje no es una herramienta, sino un órgano.
Un instrumento que solo suena cuando proviene del interior.
Y eso fue exactamente esta conversación:
Un respiro en seis actos – entre arte y responsabilidad, origen y presente, sonido y silencio, música y lenguaje, personaje y persona.
Es la conversación de alguien que no interpreta a sí mismo –
sino que simplemente habla.
August Zirner es un actor y músico germano-austriaco. Nacido en Urbana, Illinois, y formado en EE.UU., se trasladó a Viena en los años 70, donde estudió en el Seminario Max Reinhardt de 1973 a 1976. Desde los años 80 vive y trabaja en Alemania, donde ha desarrollado una carrera teatral y cinematográfica de inusual profundidad. Su presencia escénica es contenida pero intensa, su interpretación se caracteriza por la precisión lingüística y la inteligencia emocional. Además de su trabajo como actor, realiza proyectos literario-musicales que entrelazan texto y sonido. Su visión del mundo es la de un observador sensible – culturalmente arraigado en Europa, pero abierto a las experiencias de sus orígenes americanos.