En diez respuestas, el fotógrafo Andrea Reina habla en HYPERMADE de su alter ego artístico, de los límites entre identidad y creación, y de la libertad silenciosa que se esconde tras cada imagen.
HYPERMADE: Querido Andrea, ¿cómo empezaste a fotografiar – y qué permanece hoy de aquel primer momento?
Andrea Reina: ¡Buena pregunta! Para muchos, empezar a fotografiar es un momento casi mágico – una chispa que enciende algo profundo. De niño, un día abrí el cajón del salón de casa y encontré una cámara analógica. Todavía no sabía que ese pequeño gesto lo cambiaría todo: desde entonces la llevé conmigo a todas partes, y así nació mi amor por la fotografía.
HYPERMADE: Tus imágenes son reducidas, pero nunca frías. ¿Cómo encuentras el equilibrio entre estructura y emoción?
Andrea Reina: Para mí, el equilibrio entre estructura y emoción surge de forma bastante natural, aunque con el tiempo he aprendido a reconocerlo y cultivarlo conscientemente. Siempre me ha atraído la simplicidad – quitar en lugar de añadir, la composición, la claridad de la imagen –, pero nunca quiero que eso suprima el lado humano de la imagen.
Siempre intento dejar espacio para una emoción, una tensión sutil, algo que quede bajo la superficie – ya sea en un gesto, una luz o un vacío deliberado. No es algo que planifique sobre el papel, pero lo pienso a menudo. Al mismo tiempo, no quiero que mis imágenes parezcan frías o distantes. Es como un equilibrio entre lo que se ve y lo que se siente. Creo que en parte es instinto, en parte todas las imágenes que he visto, hecho o descartado… pero al final, siempre es una cuestión de sensibilidad.
Cortesía de Andrea Reina
HYPERMADE: ¿Qué te interesa más: el espacio, la figura o la relación entre ambos?
Andrea Reina: En realidad, lo que más me interesa es la relación entre espacio y figura, más que uno solo por separado. Un espacio puede ser bello por sí mismo, pero es en diálogo con una presencia humana cuando empieza a contar algo más profundo. Me fascina cómo una figura puede cambiar la percepción de un lugar – o al revés, cómo un espacio puede amplificar la fragilidad o el silencio de una figura. Ahí es donde está gran parte de mi mirada.
HYPERMADE: ¿Qué elemento aparece siempre en tu trabajo – incluso sin querer? Tus imágenes parecen silenciosas. ¿Lo buscas a propósito?
Andrea Reina: Creo que siempre hay – incluso sin pretenderlo – una cierta forma de silencio en mis imágenes. No como simple ausencia de ruido, sino como suspensión, espera, un espacio vacío que deja hablar a las cosas. Tal vez porque me gusta observar antes de actuar. Tal vez porque encuentro fuerza en los detalles más pequeños. Incluso cuando cambia el tema, esa sensación de calma vuelve una y otra vez. A veces me doy cuenta solo al revisar las fotos. Es como un hilo fino que lo une todo.
HYPERMADE: ¿Qué proyecto te representa mejor hoy?
Andrea Reina: ¿Sinceramente? No podría destacar uno. Cada proyecto expresa de forma natural lo que me ocupa en ese momento concreto. Incluso las imágenes más sencillas llevan un peso emocional muy concreto – aunque no sea visible de inmediato.
Cortesía de Andrea Reina
HYPERMADE: ¿Cómo describirías tu estilo – sin usar la palabra “fotografía”?
Andrea Reina: Mi estilo es como una narración silenciosa – cada imagen una pequeña pausa en el tiempo. Trabajo con lo esencial, reduzco lo superfluo y dejo que la luz, la forma y la composición hablen por sí solas. Quiero capturar una intimidad sin palabras, una presencia en un momento suspendido. Me atrae la idea de contar tanto por lo que falta como por lo que está presente. Un equilibrio entre lo visible y lo invisible. Cada imagen es una invitación a detenerse – sin decir mucho.
HYPERMADE: ¿Qué papel juega la moda para ti – como lenguaje visual, no como industria?
Andrea Reina: La moda es para mí un medio de expresión visual, no una industria. Es una manera de contar historias, mostrar identidades, transmitir emociones – sin palabras. Es como un lenguaje cambiante que describe quiénes somos, cómo queremos ser vistos. Me fascina cómo la moda interactúa con el espacio, la luz y el estado de ánimo, creando imágenes que van más allá de lo que se ve. En el fondo, es un acto de narración a través de la ropa – sin necesidad de explicación.
HYPERMADE: ¿Hay algo que evites conscientemente en tu trabajo?
Andrea Reina: Sí – sobre todo la previsibilidad. Nunca quiero caer en patrones fáciles o simplemente agradables. Evito imágenes que parezcan solo puestas en escena, sin emoción real. También evito el exceso de perfección. Puede resultar estéril si no contiene verdad. Prefiero una imagen con fuerza emocional, aunque sea imperfecta – pero auténtica.
Cortesía de Andrea Reina
HYPERMADE: ¿Qué significa la fotografía para ti hoy – personalmente, no profesionalmente?
Andrea Reina: La fotografía es mi herramienta para explorar el mundo, cuestionarlo, recrearlo. Así nació ookeeii – mi alter ego, mi visión, mi vía de escape. Es como un diario visual en el que me muestro a mí mismo lo que siento y veo. Inspirado por la luz, la lluvia, las ciudades, los colores – a veces caótico, a veces claro. Una auténtica mezcla.
HYPERMADE: Hablaste de ookeeii como tu alter ego. ¿Cómo te ha ayudado esa voz – y alguna vez tomó el control?
Andrea Reina: Sí. Ookeeii me permite mostrar partes de mí que en el día a día no serían visibles. Puede fracasar, exagerar, explicar – o no. Esa libertad me ayudó a superar bloqueos creativos – especialmente los relacionados con la autoimagen y las expectativas.
HYPERMADE: Andrea, ha sido un placer recorrer contigo estos espacios de silencio y visión. Gracias por compartirlos con nosotros.
Cortesía de Andrea Reina
Andrea Reina es un fotógrafo italiano con base en Milán. De niño, una cámara encontrada por casualidad en un cajón encendió una pasión que nunca se apagó. Hoy, su trabajo se mueve entre la moda, el retrato y el espacio – guiado por una mirada esencial pero vibrante. Sus imágenes habitan una zona tranquila: suspendidas entre presencia y ausencia, entre forma y sensación. Con su proyecto ookeeii – alter ego y espejo deformante – Andrea explora una dimensión más íntima, donde la fotografía se convierte en lenguaje perceptivo, gesto emocional y acto de liberación.
