„Ultimate Collector Watches“ reúne objetos que miden el tiempo y muestra hasta qué punto hoy el tiempo se entiende como algo que debe preservarse. No como experiencia, sino como forma. Lo decisivo, por tanto, es menos el significado de cada reloj que la imagen del tiempo que surge de su puesta en escena.
La lógica del coleccionismo
La publicación en dos volúmenes „Ultimate Collector Watches“, de Charlotte y Peter Fiell, reúne 100 relojes de pulsera realizados entre 1892 y la actualidad. La selección, organizada cronológicamente, va acompañada de ensayos, conversaciones con coleccionistas y actores del mercado, así como de fotografías de detalle a gran formato. En lugar de ofrecer una historia exhaustiva de la relojería, el proyecto se centra en piezas ejemplares y en su posición dentro de un entorno de coleccionismo altamente especializado. El énfasis recae en la selección, la comparación y la contextualización, más que en cuestiones de uso, vida cotidiana o difusión social.

© Taschen Verlag
El tiempo como objeto valorizado
En los volúmenes se despliega un relato en el que los relojes mecánicos aparecen como portadores de memoria, cuidado artesanal y continuidad cultural. El presente, en cambio, se describe en su mayor parte de manera implícita como acelerado, funcional y efímero. Términos como artesanía, ritual, pasión y duración estructuran el tono y la perspectiva, y confieren al coleccionismo una carga cultural que va más allá de la mera posesión. Coleccionar aparece así como una forma de concentración, un intento de enfocar la atención y estabilizar el tiempo. El significado surge menos del uso que de la selección, el cuidado y la conservación.

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La estética de la conservación
La perspectiva se mantiene de manera coherente en el plano estético. Los mecanismos de mercado, la accesibilidad social o las condiciones económicas no se problematizan, sino que pasan a un segundo plano frente a la presentación de los objetos. Aunque las subastas, las procedencias y los precios están presentes, se integran en una narración serena, casi atemporal. La nostalgia actúa aquí menos como una mirada retrospectiva que como un principio ordenador: la mecánica representa la fiabilidad, el trabajo manual la permanencia. El pasado no sirve para la discusión, sino que funciona como un marco de referencia que ofrece orientación.

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Una imagen del tiempo contemporáneo
„Ultimate Collector Watches“ se dirige a lectores que entienden la duración, la precisión y la fiabilidad material como valores culturales. El libro no emite un juicio explícito sobre el tiempo, sino que esboza un ideal silencioso: el tiempo debería ser controlable y manifestarse en los objetos. En un presente marcado por la aceleración, la conservación no aparece como un repliegue, sino como una actitud. Los relojes representan menos el uso o la vida cotidiana que una forma de autoafirmación cultural. Se hace visible así una concepción del tiempo que obtiene su significado menos del cambio que de la permanencia.
Recomendación de lectura
Ultimate Collector Watches. TASCHEN, 2025, 960 páginas, 250 EUR.








